Todo enano en el norte es capaz de reconocer los diferentes toques de cuerno para actuar en consecuencia. En el frío e inhóspito norte las densas nevadas o la nieva pueden ser el peor de los enemigos y el ronco sonido de los grandes cuernos de bronce enanos son el mejor medio de comunicación.
Ser portador de uno de estos antiguos cuernos es un gran honor y también una responsabilidad abrumadora, pues estos son los encargados de hacer llegar las ordenes y de avisar de enemigos.
Suelen apartarse para estar atentos, siempre erguidos, oteando silenciosos el horizonte.