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18
dic
2015

Henrich Keller, unos extraños guerreros

Por BlackChapel miniatures
Henrich Keller, unos extraños guerreros

Hola a todos,

Hoy os traemos la historia de un curioso encuentro en el discurrir habitual de joven aprendiz Henrich Keller y su Maestro. En este relato, el cuarto de la serie, el muchacho cuenta con unos escasos 9 años, y aquellos acontecimientos quedaran grabados en su memoria.

Para leer los relatos anteriores lo pueden hacer en el siguiente enlace: Henrich Keller. 

En éste enlace podéis leer el relato completo: Henrich Keller, unos extraños guerreros. 

Esperamos que os guste.

La tarde era fría y ya había comenzado a verse luz iluminando algunas ventanas en la calle del mercado. Había sido un día muy agitado, como siempre que había mercado en una pequeña ciudad.
Pero al empezar a esconderse el sol entre las montañas en un cielo rosado, el gentío se retiraba a los hostales y tabernas. Deseosos de disfrutar de las ganancias, de sacarles un pellizco apostando o de formas aún más deshonrosas.
La casa donde se hospedaban aquel día era pequeña y bastante modesta, desde luego no era la peor en la que había dormido. La habitación por la que pagó el Maestro, tenía ese olor rancio como el sudor viejo. Con demasiada humedad para el gusto del anciano, puesto que esta no combinaba muy bien con el resto de sus achaques, pero fue lo mejor que pudieron encontrar.
Se encontraban en la sala baja llena del denso humo procedente tanto de las pipas como de la gran chimenea de calentaba la estancia. A simple vista la pequeña taberna estaba bastante concurrida. Las mesas estaban ocupadas y había constante movimiento de gente. Habría no menos de treinta personas sin contar al servicio. Sin embargo para los oídos del muchacho, acostumbrados a silencio y a la compañía meditabunda del anciano, esa gente bien parecía un ejército en plena batalla.
Siguiendo la última recomendación del Maestro, se mantuvo alerta. El peligro era frecuente en ese tipo de situaciones...

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Henrich Keller, unos extraños guerreros

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Henrich Keller, unos extraños guerreros

Hola a todos,

Hoy os traemos la historia de un curioso encuentro en el discurrir habitual de joven aprendiz Henrich Keller y su Maestro. En este relato, el cuarto de la serie, el muchacho cuenta con unos escasos 9 años, y aquellos acontecimientos quedaran grabados en su memoria.

Para leer los relatos anteriores lo pueden hacer en el siguiente enlace: Henrich Keller. 

En éste enlace podéis leer el relato completo: Henrich Keller, unos extraños guerreros. 

Esperamos que os guste.

La tarde era fría y ya había comenzado a verse luz iluminando algunas ventanas en la calle del mercado. Había sido un día muy agitado, como siempre que había mercado en una pequeña ciudad.
Pero al empezar a esconderse el sol entre las montañas en un cielo rosado, el gentío se retiraba a los hostales y tabernas. Deseosos de disfrutar de las ganancias, de sacarles un pellizco apostando o de formas aún más deshonrosas.
La casa donde se hospedaban aquel día era pequeña y bastante modesta, desde luego no era la peor en la que había dormido. La habitación por la que pagó el Maestro, tenía ese olor rancio como el sudor viejo. Con demasiada humedad para el gusto del anciano, puesto que esta no combinaba muy bien con el resto de sus achaques, pero fue lo mejor que pudieron encontrar.
Se encontraban en la sala baja llena del denso humo procedente tanto de las pipas como de la gran chimenea de calentaba la estancia. A simple vista la pequeña taberna estaba bastante concurrida. Las mesas estaban ocupadas y había constante movimiento de gente. Habría no menos de treinta personas sin contar al servicio. Sin embargo para los oídos del muchacho, acostumbrados a silencio y a la compañía meditabunda del anciano, esa gente bien parecía un ejército en plena batalla.
Siguiendo la última recomendación del Maestro, se mantuvo alerta. El peligro era frecuente en ese tipo de situaciones...

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