Entre las gentes de Altreich existe la creencia de que las Montañas Blanca nos aíslan y nos protegen de los poco civilizados pueblos del norte. Y apenas los habitantes de los valles y pasos más altos, conciben que sea posible cualquier tipo de relación con los hombres de Wulfland. Mi santo padre, de cuya memoria y legado soy valedor, fue testigo de que tales relaciones eran posibles. Nunca supo explicar con claridad...